Un accidente automovilístico no es solo un impacto único. Es una reacción en cadena de fuerzas. La primera colisión es el impacto inicial entre su automóvil y otro objeto. Pero el peligro no termina ahí. Sin un cinturón de seguridad, un accidente desencadena una segunda colisión. Su cuerpo se convierte en un proyectil, lanzado contra el interior del automóvil: el parabrisas, el volante u otra superficie dura.
Recuerde, el peligro se extiende más allá de su propio cuerpo. Los objetos no asegurados dentro del vehículo se convierten en misiles en un accidente, potencialmente dañando a los pasajeros. Para mantenerse seguro, siempre abróchese el cinturón y asegure cualquier objeto suelto antes de partir. Este simple paso puede ayudar a prevenir que un solo accidente se convierta en una serie de colisiones devastadoras.
En un accidente automovilístico, ocurre un fenómeno aterrador: toda la energía del vehículo en movimiento, conocida como energía cinética, necesita desaparecer. Los automóviles modernos están diseñados para ayudar a gestionar esta energía de varias maneras:
Además, la dirección del impacto juega un papel significativo en la gravedad del accidente. Una colisión frontal combina las fuerzas de ambos vehículos, resultando en un impacto significativamente mayor en comparación con dos automóviles que se mueven en la misma dirección y colisionan. Esto resalta la importancia de las prácticas de conducción segura para minimizar el riesgo de colisiones frontales.